Cristhian Carvajal y Carmita
Beyo y Aurelio
Werner Altamirano
Siendo las 09:20 comenzamos nuestra travesía desde Tambillo, lugar donde pusimos gasolina a nuestros tanques rusos y listos para salir a una travesía complicada en el parque nacional Llanganates y la laguna de Salayambo. Tuvimos un viaje tranquilo hasta la ciudad de Latacunga, sitio en el cual paramos y analizamos la ruta que Cristhian tenía en su teléfono para posteriormente continuar el trayecto después de unos kilómetros de carretera asfaltada comenzó el camino de tierra que buscábamos, lastimosamente estaba seco y no hubo lodo, comenzamos el ascenso y según las indicaciones de Cristhian cogimos dos caminos que alguna vez hace algunos años eran transitables y seguimos pero nos encontrábamos con obstáculos imposibles de pasar y debíamos regresar demostrando la habilidad de manejar de retro en mal camino.
Después de extraviarnos estas ocasiones encontramos el camino, un trayecto muy interesante en el que se ponía a prueba el manejo ( si hubiera estado mojado sería mucho más interesante), llegamos a un bosque de pino muy hermoso, lugar en el cual Carmita y Aurelio hijo se fueron a caminar y disfrutar el paisaje mientras nosotros arreglábamos una fuga de gasolina en el canester del auto de Werner y la reparación de un fusible, si reparación. Seguimos la travesía y al terminar la cuesta que estuvo bastante empinada llegamos a una llanura muy hermosa con unos pajonales inmensos. En ese momento Cristhian que guiaba la travesía vió una pequeña poza de lodo y comenzó a pasar, al ingresar con el tanque ruso esa poza era bastante más honda de lo que se veía y el carro se le hundió toda la altura de las llantas, comenzó a ingresar agua al auto y se le apago, por lo cual, le pusimos la slinga para que Werner le jale y saque de la poza el carro de Christian, después de esto literalmente debimos abrir la puerta que salga el agua ( recuerdo cuando yo me quede en el rio por cielo verde), evacuamos el agua pero el niva no quiso prenderse, razón por la que le fuimos remolcando hasta la laguna de Salayambo que según nos indicaron ya estábamos cerca, rumbo a la laguna se nos acercó una camioneta del Ministerio de Medio Ambiente con un guardia de apellido Tamayo quien gentilmente nos ofreció su ayuda y guía para llegar a la laguna quien nos supo explicar que en todo el sector del parque Llanganates el acceso es libre y gratuito y al llegar a la laguna incluso nos indico de otras rutas que podemos hacer en ese sector.
Al llegar al sitio que íbamos a acampar armamos las carpas y mientras Werner, Carmita y Aurelio comenzaron a hacer unas aguitas de canela, Cristhian y yo comenzamos a secar los sensores fusibles y le sacamos el cerebro del niva el cual Cristhian le ha tenido con tremendas seguridades que dieron batalla el poder sacar, al desarmar el cerebro vimos que estaba lleno de lodo por lo que le dejamos desarmado y con papel higiénico para absorber el agua.
Teníamos prendida la fogata que por cierto nos ayudo muchísimo para el frio del sector y Carmita y Aurelio comenzaron a servir la merienda y agüita de canela para calentarnos, la merienda estuvo deliciosa y comenzamos la tertulia junto a la fogata hasta aproximadamente las 00:00 cuando ya nos retiramos cada uno a su carpa, la noche estuvo bastante fría incluso tipo 5 de la mañana cayo una pequeña llovizna.
El dìa siguiente comenzamos a armar el cerebro del carro de Cristhian después de sopletear la placa y seguir sacando lodo y tierra que todavía tenia la placa armamos y el carro se prendió sin ningún inconveniente y el gesto de Cristhian volvió a la tranquilidad, hicimos un pequeño desayuno y comenzamos a desarmar las carpas, momento en el cual a unos 50 metros de donde estábamos ubicados pudimos ver a dos cóndores que se estaban alimentando de un cuerpo de un caballo que había muerto en el paramo, fue una imagen irrepetible y única.
Comenzamos el retorno por el otro camino que nos indicaron estaba en mejores condiciones pero igual muy entretenido para el manejo ya que era de un lastre muy fino y tierra.
Al llegar a Latacunga comenzamos el regreso a Quito haciendo la reunión de despedida igualmente en Tambillo, bueno, un poco mas arriba.
Fue una travesía muy interesante, entretenida, en donde por una vez mas los tanques rusos nos demostraron todas sus bondades.
Saludos
Beyo
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