2017, finales de la
segunda década del siglo XXI, es el año en que cumpliremos 11 años de vida como
club y en su primer mes -enero- iniciamos con pie derecho la ronda de travesías
En esta vez como es sabido por todos realizamos la obra social anual, buena costumbre
que hasta ahora la hemos cumplido con cabalidad y esmero año tras años.
Cuando hace 7 meses
exentamente en junio del 2016 y en la travesía correspondiente a dicho mes
decidimos conocer un nuevo camino de tercer orden que une la localidad de
Chiriboga (Antigua vía a Sto. Domingo) con la cabecera cantonal del cantón los Bancos
con una extensión de 40 Km aproximadamente.
A la altura del Km
14 de la mencionada vía encontramos un pintoresco caserío o mejor dicho recinto llamado El Valle, Bueno como
aquella travesía era solo de un día pasamos por allí en forma breve con tan
solo un contacto con un morador ya que habíamos equivocado el sendero y
estuvimos a punto de tomar otra ruta, hasta que un antiguo deslave de tierra
detuvo nuestra marcha, obligándonos a retroceder hasta el recinto y consultar
la trayectoria verdadera del camino. Lo importante de este relato previo es que
aquel lugar quedó gravado en nuestras retinas, en nuestras memorias y creo que
hasta en nuestro corazón y aunque nadie comentó nada al respecto hasta 7 meses después,
al momento de escoger el sitio a donde llevaríamos nuestra obra social, brotó
rápida y espontáneamente la
localización del recinto, y aunque el nombre estuvo equivocado de inicio, fue
el lugar el que estuvo presente claramente en nuestro recuerdo.
Cabe mencionar que,
aunque en el año 2016 el club NIVA 4 X4 Ecuador se hizo presente por 3
ocasiones llevando ayuda a los damnificados del terremoto de abril, decidimos
continuar con el proyecto anual de ayuda a una de las tantas comunidades
apartadas de nuestro terruño. En este caso El Recinto El Valle cuya
localización estaría en la mitad de ninguna parte para la gran mayoría de
compatriotas que solo el asfalto es su ruta a ser transitada.
Fue entonces que en
la primera reunión ordinaria del año en curso correspondiente al mes de enero
se decidió por unanimidad hacer la obra social en el Recinto El Valle que hasta
entonces lo conocíamos erróneamente como Bella Vista. En esta vez no se pudo
hacer la visita previa por múltiples motivos personales, así que se decidió ir
a la sordina calculando al ojo el número de familias a ser agasajadas
La fecha escogida
fue el día sábado 21, reuniéndonos un par de horas antes de la salida para
arreglar y organizar los paquetes con ropa para cada familia, algunos juguetes
y cosas extras que fueron integradas a cada una de las fundas.
A eso de las
13:00,y ya con cada uno del vehículos cargados, partíamos desde el sitio de la
reunión que fue la sede social del
edificio Carvajal al norte de la ciudad
hacia el primer punto de parada
en la parroquia rural de Nanegalito para disfrutar de un suculento
almuerzo que nos proporcionaría fuerzas
para continuar el resto de la travesía, luego a las 14:30 arrancamos hacia los
Bancos y de allí, tomando la carretera de las Mercedes y luego de 10 Km de recorrido, encontramos el desvío hacia nuestro destino a nivel de otro pequeño recinto llamado 23 de
Julio. Después de un pequeño receso tipo parada técnica las
tripulaciones formadas por Gustavo Vaca en solitario, Oswaldo Gomezjurado
también en solitario, Jorge Ortiz B con Ana Belén, Pablo Aldaz Mora con sus 2
hijos Nicolás y Valentina y nuestro vicepresidente Cristian Carvajal con
Carnita y el gran Ariel que es el NIVERO más joven, con apenas 1 año 1 mes de
edad.
Una vez abandonado
el asfalto pusimos nuestros vehículos, en dirección hacia el recinto El Valle
situado a unos 23km, los que tuvimos que
recorrerlos en una vía de tercer orden lastrada y bien compactada, lo que nos
permitió poner algo de velocidad a nuestras máquinas Un par de riachuelos en el
camino no fueron óbice para nuestra marcha.
Pese a la
existencia de amenaza de lluvia, la tarde transcurrió calmada, serena con un
poco de sol que abrigaba el ambiente, y así llegamos a nuestra meta sin ninguna
novedad, pero con asombro por parte de los moradores, pues lógicamente no nos
esperaban. El siguiente paso lo tomamos Gustavo y yo, pues inmediatamente nos
bajamos de los nivas acercándonos a un local de distracción donde estaban
muchos de los habitantes del lugar algunos de los que se entretenían jugando
villa sobre una vetusta mesa, pero todos denotaban alegría y tranquilidad.
Nuestro propósito
era doble, el uno era explicar el porqué de nuestra presencia tan abrupta, cual
era nuestra misión allí y solicitarles que nos presten un canchón multi uso que se localiza a la derecha del camino por
donde se accedía al recinto; pues lo
requeríamos para armar
el campamento cobijados dentro de una
estructura de hormigón muy bien techada , la misma que permitiría armar
nuestras carpas e impedir que la lluvia
que ya comenzaba a caer con fuerza nos
jugara una mala pasada.
Y así fue, el
aguacero iba tomando características torrenciales, pero gracias a la
hospitalidad de los moradores del recinto, ya todos nuestros equipos estaban a
salvo. cobijados por el techo de aquella casona que previamente a nuestra
ocupación fue cuidadosamente barrida por algunas personas que lo hicieron en
forma rápida y expedita. Cuando la tormenta llegó a su clímax, el campamento ya
estaba armado en su totalidad, poco a poco la pertinaz lluvia fue amainado y en
algunos minutos más cesó por completo y o sorpresa el cielo quedó totalmente
despejado permitiendo observar un firmamento nocturno tachonado por estrellas y
luceros, fenómeno que solo puede admirase fuera de la selvas de cemento que son
las ciudades.
Fue la primera vez
en muchos años que no pudimos hacer la emblemática fogata pues no había leña,
ni sitio donde hacerla pues el contrapiso de cemento no soportaría el intenso
calor de la brasa de una fogata; pero otra muestra de generosidad de la gente
de El Valle se hizo presente, se nos facilitó una parrilla de patas, de buen tamaño
donde Jorge -el parrillero -dio rienda suelta a su habilidad culinaria en azar
carne y embutidos ya que el carbón también hubo y en abundancia. En poco tiempo el festín gastronómico estuvo
listo y todos degustamos un delicioso y abundante asado, incluso un vecino del lugar,
que nos acompañó por algún tiempo. Unos traguitos de vodca y unas latas de
cerveza hicieron marco a tan deliciosa comida
La hora de dormir
llegó y poco a poco los expedicionarios fuimos entrando cada una de las carpas
para entregarnos plácidamente al sueño que mucha falta nos hacía Al día
siguiente a tempranas horas y acompañados de un radiante día abandonamos
nuestros refugios de nylon, para servirnos un reconfortante desayuno. Teníamos
planificadas dos actividades la entrega
de las donaciones a cada una de las familias que fueron alrededor de 35, lo que
se cumplió con mucha puntualidad desde las nueve de la mañana El radiante y
diáfano día nos permitía observar nuestras cordilleras y sus principales elevaciones,
pues desde los 1770 msnm en que se encuadra
El otro propósito a
cumplir en aquella hermosa mañana de
enero era jugar un poco con nuestros
tanques ,La noche anterior habíamos sido invitados a visitar una pequeña finca
de una de las moradoras del lugar -Doña Olga -paro lo cual debimos transitar
cuesta arriba por un sendero lastrado
de alrededor de 600 metros de distancia,
El asunto cobró importancia cuando el
lastre se terminó y el barro desnudo se
presentó con una cantidad de obstáculos zanjas ,camellones lomos, etc etc que hicieron trabajar tanto al motor,
caja, transfer como a la suspensión de los
vehículos ,pero que sortearon el problema con la capacidad de siempre. Y sin inconvenientes
de importancia. Terminado el periplo tocaba ascender a pie por una maltrecha
guardarraya muy inclinada lo cual nos tomó a los que seguimos por ella,
alrededor de una hora, hasta llegar a la pequeña casa de madera que marcaba el
´límite de la propiedad ; mientras ascendíamos, el paisaje era cada vez más
bello, en un algún recodo
pudimos ver incluso al coloso Chimborazo con su forma y silueta típicas, y al final de la ruta desde
una planicie, observamos hacia el occidente un inmenso valle verde y con frondosa vegetación, al final del cual en el horizonte y en forma
difusa, se veía la ciudad de Santo
Domingo.
El descenso fue más
rápido, pero más accidentado pues por lo menos mi rodilla derecha sufrió uno
que otro estirón pero que no tuvo consecuencias posteriores.
Estábamos ya listos
para el retronó; despedidas, estrechones de manos, agradecimientos, dieron
marco a tal evento, y de inmediato tomamos rumbo hacia el empate del camino con
la vía Chiriboga en otro recinto -más pequeño- llamado Bellavista a 14 km de distancia,
que los recorrimos a una buena velocidad divirtiéndonos con nuestros tanques y
admirando un paisaje subtropical hermoso.
La ruta
inicialmente planificada era tomar hacia el norte y regresar a Quito llegando
en primera instancia a Chillogallo, pero por motivos logísticos decidimos tomar hacia el Sur occidente en una ruta de 40 km que nos
llevaría hasta interceptar la carretera
Aloag Santo Domingo a nivel del Recinto
La Palma ,es decir en el kilómetro 70 a unos 5 Kilómetros del l cantón Alluriquin .Allí llenamos nuestros estómagos
y nuestros tanques de combustible para luego
emprender el regreso a Quito por
la vía principal totalmente asfaltada .la triste pero inexorable despedida y
cierre de travesía esta vez fue en la intersección de las carreteras Aloag
Santo Domingo con la Panamericana sur o troncal de la sierra ,desde ahí cada
uno tomó su destino a cada uno de sus hogares,
cansados pero muy felices después de haber recorrido por 2
provincias y aproximadamente unos 300 kilómetros .
Niveramente
Oswaldo Gomezjurado
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