El día 30 de agosto pasadas las 12:30 los compañeros niveros empezamos a reunirnos frente a la ESPE en el valle de los Chillos, la hora planificada para la salida hacia el Sincholagua era a las 13:00 la cual por algunos inconvenientes en el tránsito del sector del triángulo no se pudo cumplir.
La demora en la partida fue compensada por la concurrencia de Nivas, al momento de la partida los vehículos presentes eran: 8 Nivas y un Nissan Pathfinder (3 puertas). A continuación la lista de tripulaciones:
Alvaro Izurieta y su prima Belén (quien venía directamente del manso Guayas).
Gustavo Vaca y su hijo Gustavo.
Cristhian Carvajal y Lorena.
Mauricio, Viviana y Mateo Cepeda.
Aquiles y Jenny Zurita.
Eduardo Vaca, Yessenia y Jorge Oviedo.
Oswaldo Gomez Jurado y su primo Jaime.
Charlie Vásquez y Carolina.
La tripulación del Nissan: Marcelo y Sissy.
Antes de la partida, Gustavo Vaca (padre) hizo la entrega oficial de los banderines del club que fueron inmediatamente colocados en las antenas de radio de los vehículos de los miembros del club, una vez asegurados los banderines nos dirigimos a la primera parada, la gasolinera Repsol en la via a Pintag en la cual se tanquearon algunos Nivas y se compraron provisiones de última hora. El siguiente lugar de parada de la caravana fue un puesto de venta de leña a orillas de la carretera principal, en este lugar Alvaro colocó en su parrilla una cantidad de leña que se consideró suficiente (la cual luego constataríamos que no lo era), mientras tanto la caravana de Nivas esperaba en la carretera debidamente alineada, una vez cumplida la misión de la leña procedíamos con la ruta establecida teniendo como siguiente parada el sector de Ubillus, al inicio de la caravana iba Oswaldo y cerrando la misma Eduardo. Justo en el momento de la salida de los últimos vehículos se acerca por la carretera un Niva verde con las luces encendidas, cable y eslinga enrollados en el guardachoques delantero, copiloto debidamente asegurado, tecle, cadenas, una docena de tablones y un piloto (Marco) en busca de aventura, una vez confirmado que efectivamente era un miembro más de la travesía se le asignó un puesto en la misma se comunicó al líder de la novedad y se prosiguió con la misma.
Para llegar al sector de Ubillus se pasa por Pintag y en una bifurcación del camino se toma a la derecha (hacia la izquierda está el camino que conduce a Guayllanta y a Muertepungo), es un camino empedrado y un poco empinado en una tramo hasta alcanzar el nivel del rio el cual se cruza mediante un pequeño puente y luego empieza un tramo de subida. Justo a la entrada del puente existe un complejo que tiene entre sus atracciones la pesca deportiva y el cruce del rio en tarabita. Una vez culminada la cuesta llegamos al barrio de Ubillus en el cual luego de cumplir con la colecta de la tarifa establecida (5 dólares por vehículo) para el ingreso al páramo se nos entregó la llave de la puerta de acceso. Durante esta parada se aprovechó para fomentar el compañerismo entre los asistentes a la travesía la cual ya estaba conformada por 10 vehículos, se dio algunos consejos al piloto del Nissan, se tomaron las fotos de rigor y una vez que el líder de la caravana confirmó que tenía la llave se continuó con la misma.
Para llegar a la puerta de ingreso al páramo existen algunos caminos y el que tomó la caravana era uno diferente del que habían tomado días atrás el grupo de exploración por lo que se pidió ayuda a un jinete que pasaba por el camino, tras recibir las indicaciones del caso proseguimos, cabe indicar que el jinete permaneció durante algunos kms como parte de la caravana (no se si no confió en que entendimos sus instrucciones o era parte del servicio de la comunidad a los visitantes?), en fin, después de pocos kms en los cuales se puede apreciar paisajes matizados por los sembríos y más arriba de ellos las cumbres de las montañas (las cuales nos hizo recordar a algunos de los participantes la travesía anterior a Guayllanta) llegamos a la puerta de ingreso en la cual nos reagrupamos, tomamos fotos y continuamos (Hasta este punto llevábamos ya alrededor de 2 horas de recorrido).
El camino es una vía de tierra de un solo carril, debido a la hora de la travesía y las buenas condiciones climáticas el camino era muy polvoriento lo cual exigía de los pilotos una precaución adicional ya que en la vía existían algunas excavaciones lo suficiente grandes como para detener a un vehículo con el susto y daño correspondiente. Durante el recorrido por este camino se encontraron muchas puertas de corral las cuales debían ser abiertas y luego cerradas (Oswaldo y Eduardo muchas gracias por el trabajito adicional), algunas de las puertas eran un poco angostas tal como lo constató en su momento Gustavo Vaca (Jr) al quedarse corto en su cálculo por un par de milímetros cuyo efecto puede observarse en el protector de la rueda trasera del copiloto.
Como es costumbre en las travesías no nos cansaremos de admirar los maravillosos paisajes que tiene nuestro lindo Ecuador.
Más adelante en la ladera de la montaña al costado derecho del camino se observaban pedazos de metal y un monumento funerario que aún perduran como evidencia del trágico accidente de aviación ocurrido en 1995 en el cual murieron 9 personas de la empresa Techint, algunos decidimos para y ver más de cerca el monumento y los restos del avión.
Una vez de regreso al camino comunicamos a la caravana que el camino se terminaba unos 500 mtrs más adelante del lugar de la parada, al llegar al final del camino existe un pequeño rio y al costado izquierdo una cabaña, un lugar apara estacionar autos que es de piedra suelta el cual no nos proporcionaba un sitio ideal para acampar por lo que antes de que nos bajemos de los Nivas Alvaro se encontraba ya buscando otro lugar menos duro (obviamente piloteando su Niva plateado), lo encontró unos 100mts más abajo siguiendo la pendiente natural de la montaña, se comunicó el nuevo lugar de la acampada y todos los Nivas seguimos las huellas dejadas por él y llegamos. En este punto de la narración cabe realizar un paréntesis para recordarles que uno de los vehículos participantes en la caravana no era Niva, pues bien, el Pathfinder tomó una ruta diferente para llegar al punto de la acampada pero a 20 mtrs del objetivo se quedó varado (es decir no se movía ni para adelante ni para atrás) además se comunicó que no tenía doble transmisión, después de las expresiones típicas y criollas que caracterizan estas situaciones de algunos de los Niveros, Oswaldo al mando de su bien equipado Niva rojo fue al rescate y después de unos cuantos intervalos de winchada, el Pathfinder se encontraba de nuevo sobre terreno firme (antes intentaron sin éxito usar el tecle), es decir fuera de la ciénega, fuera de la playa de estacionamiento de piedras y ya encaminado de regreso sobre el camino principal.
Mientras tanto el resto de participantes de la caravana hizo gala de su equipo y experiencia de acampar levantando rápidamente el campamento, la noche se acercaba, la temperatura del ambiente descendía pero el ambiente de los niveros era de alegría y camaradería.
Se armó un toldo perteneciente al club, se instaló la cocina cuasi industrial de Oswaldo, unas cuantas colaboraciones de los integrantes y listo, sopa caliente para contrarrestar el frío.
Al igual que en la travesía anterior, Mateo sugería insistentemente que se prenda la fogata, y no era que no queríamos sino que varios factores impedían que la leña se prenda, se recurrió al viejo truco de usar gasolina de alto octanaje y a ratos parecía que lo lográbamos pero nada, se procedió a partir la leña usando el hacha de Oswaldo más un litro de gasolina y por fin una fogata. Una vez tranquilizado el Mateo empezamos a sospechar que la leña no rendiría más allá de las 23 Horas. Alrededor de la fogata estábamos todos los integrantes de la travesía contrarrestando los efectos del frio con la ya tradicional copita de vodka que luego fue de otros licores menos del pisco que enviaron los amigos niveros de Perú por intermedio de Oswaldo que me parece sigue guardado en algún lugar seguro.
Se hizo un espacio en la reunión para dar la bienvenida al club a nuevo integrante (su servidor) resaltando los valores e ideales que se practican, fomentan y buscan entre los integrantes.
Los temas de conversación entre los asistentes obviamente giran alrededor de nuestras muy apreciadas máquinas ruso-ecuatorianas, y el tema infaltable por la coyuntura del país, el próximo referéndum, mientras tanto la hora del fin de la leña se acercaba peligrosamente, pero, se acuerdan del niva que llego al final, con cabos, tecle y un montón de tablones, pues bien, Marco (el piloto) colaboró con unos cuantos tablones para permitir que el calor de la fogata al igual que de la tertulia se prolongue un poco más. Conforme iniciaba la madrugada nos despedíamos del grupo para ir a dormir, hasta ese momento (01:00H) el clima era bueno, es mas pudimos disfrutar de un cielo estrellado del cual por esas cosas de la vida Charlie no tiene evidencia.
La madrugada se caracterizo por intervalos de lluvia entre ligera y más fuerte.
Al amanecer, la tripulación del Nissan escoltados por Charlie decidieron iniciar el viaje de retorno.
Poco a poco fueron saliendo los niveros de sus carpas y el punto de reunión fue aunque no lo crean, la fogata, que sobrevivió a la lluvia y con un poco de ayuda con pequeñas ramas y algo de la gasolina que sobró. Alvaro procedió a instalar una parrilla de asado la cual sirvió para que presas de pollo por aquí, panes y arroz por allá, algunos disfrutemos de un delicioso desayuno luego del cual se procedió a desarmar el campamento.
Una vez que todas las tripulaciones estaban al mando de sus Nivas procedimos a salir del lugar de acampada y retomar el camino de retorno no sin antes ser testigos de acrobacias por parte de Marco (el de los tablones) y de los intentos fallidos de superar una pequeña franja de lodo por parte de Eduardo pero como dicen, a la tercera fue la vencida.
Una vez en el camino se realizó una pequeña ceremonia de bautizo a mi Niva en la cual se debía colocar oficialmente los stickers característicos del club, lo cual por una llovizna no se pudo realizar, no así la bañada con cerveza al piloto (en el interior) y al Niva (en el exterior) más las fotos con todos los integrantes de la travesía.
Conforme regresábamos el camino estaba seco, es decir el Niva de adelante dejaba una nube de polvo al siguiente por lo que se decidió que luego de pasar de regreso la puerta que le trae recuerdos a Gustavo Jr. se procederá con la colocada de los stickers a mi Niva, lo cual efectivamente si se realizó, luego de lo cual tuve mi primera asignación oficial, redactar esta travesía.
La siguiente parada, fue la puerta de salida del páramo, como Charlie salió delante de todos escoltando al PathFinder se acordó un lugar en el cual él nos dejaría la llave la cual Alvaro no pudo encontrar y casi....casi empezamos con los malos pensamientos contra el pobre Charlie, afortunadamente Gustavo encontró la llave y todos pudimos salir, si se preguntan si cerramos todas las puertas pues sí, lo hizo otra vez Oswaldo que iba cerrando además la caravana.
De regreso en Ubillus, entregamos la llave de la entrada al páramo, nos reagrupamos y decidimos que la caravana se separaría en el parque principal de Pintag al cual llegamos luego de unos minutos de viaje.
Al llegar al parque de Pintag nos estacionamos a un costado, nos despedimos no sin antes comprometernos en asistir a la siguiente reunión del club (este jueves 4 de septiembre) y conversar rápidamente de las siguientes dos travesías en las cuales se tendrán invitados especiales desde Venezuela en la una y en la otra desde Cuenca.
Cada uno tomó ruta de retorno a su hogar con la satisfacción de haber compartido buenos momentos con los compañeros e invitados a la travesía.
Aquiles Zurita G.
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