En nuestro recorrido de Enero visitamos la Hacienda Leito, aqui un pequeño resumén recopilado por Gustavo Vaca
La hacienda LEITO.
Entre la enigmáticas y mistriosas montañas a la entrada del Parque Nacional de los LLanganates se encuentra la famosa y renombrada HACIENDA LEITO,
lugar donde cuenta la historia, Rumiñahui y sus guerreros Incas enterraron el tesoro rescate de Atahualpa, al enterarse de que su rey había muerto.
Escribiendo un poco de su historia, la Hacienda Leito fue residencia principal de los Jesuitas de la Orden de San Ignacio en tiempos de la colonia, cuando América era parte de la corona española con Carlos III como su rey
Para los Jesuitas la hacienda fue su principal casa de descanso, por su clima y por la belleza del entorno. A su expulsión la hacienda pasó a manos del conmendador español Baltasar Carriedo y Arce mientras pertenecía al Reino de Quito.
En 1730 a su muerte pasa a manos de la aristócrata familia española Alvarez y Caza y en 1928 las 100.000 hectáreas fueron compradas por Marco Antonio Restrepo Jaramillo quien le dió un giro total pasando a ser, de un centro de esclavitud a ser una de las más grande haciendas productoras de trigo, papas, frutas.
fue también ganadera y su administración era comunitaria.
Marco Restrepo también conocido como el Rey de la Leña por su destreza para sacar desde los altos de la hacienda los durmiente que sirvieron para la construcción del ferrocarril y asi contribuir al desarrollo social y económico del país.
En octubre de 1952 por los enfentamientos entre las haciendas Leito y Pinandro Velasco Ibarra como presidente desidió la salida del país de Restrepo y su hacienda fue entregada a las comunidades, el ganado fue vendido y la maquinaria destruida.
En Junio de 1953 y como gobernante Camilo Ponce en conversaciones con la cancillería de Colombia llegaron a la conclusión de que el asunto Restrepo era totalmente político por lo que se procedió a la desocupación y restitución de Leito a su dueño. Pero Restrepo ya cansado de bregar desidió retornar a Bogotá y dejar que sus hijos se hagan cargo de la reconstrucción de la hacienda LEITO.
Tomado del libro "El Rey de la Leña"
Entre la enigmáticas y mistriosas montañas a la entrada del Parque Nacional de los LLanganates se encuentra la famosa y renombrada HACIENDA LEITO,
lugar donde cuenta la historia, Rumiñahui y sus guerreros Incas enterraron el tesoro rescate de Atahualpa, al enterarse de que su rey había muerto.
Escribiendo un poco de su historia, la Hacienda Leito fue residencia principal de los Jesuitas de la Orden de San Ignacio en tiempos de la colonia, cuando América era parte de la corona española con Carlos III como su rey
Para los Jesuitas la hacienda fue su principal casa de descanso, por su clima y por la belleza del entorno. A su expulsión la hacienda pasó a manos del conmendador español Baltasar Carriedo y Arce mientras pertenecía al Reino de Quito.
En 1730 a su muerte pasa a manos de la aristócrata familia española Alvarez y Caza y en 1928 las 100.000 hectáreas fueron compradas por Marco Antonio Restrepo Jaramillo quien le dió un giro total pasando a ser, de un centro de esclavitud a ser una de las más grande haciendas productoras de trigo, papas, frutas.
fue también ganadera y su administración era comunitaria.
Marco Restrepo también conocido como el Rey de la Leña por su destreza para sacar desde los altos de la hacienda los durmiente que sirvieron para la construcción del ferrocarril y asi contribuir al desarrollo social y económico del país.
En octubre de 1952 por los enfentamientos entre las haciendas Leito y Pinandro Velasco Ibarra como presidente desidió la salida del país de Restrepo y su hacienda fue entregada a las comunidades, el ganado fue vendido y la maquinaria destruida.
En Junio de 1953 y como gobernante Camilo Ponce en conversaciones con la cancillería de Colombia llegaron a la conclusión de que el asunto Restrepo era totalmente político por lo que se procedió a la desocupación y restitución de Leito a su dueño. Pero Restrepo ya cansado de bregar desidió retornar a Bogotá y dejar que sus hijos se hagan cargo de la reconstrucción de la hacienda LEITO.
Tomado del libro "El Rey de la Leña"