Cristhian Carvajal junto con Carmita
Jorge Ortiz junto con Ana Belén y Charlie Vasquez
Werner Altamirano junto a Marisol y André
El día sábado 20 de septiembre empezó la aventura del mes a las 2 de la tarde en la entrada de la ciudadela Dos Hemisferios, lugar de encuentro para esta travesía. Aquí nos encontramos con Werner con el que avanzamos a dar encuentro a Cristhian mas adelante en la gasolinera ubicada en Pomasqui, donde después de llenar nuestros tanques proseguimos nuestra aventura, acompañados con un tráfico inusual avanzamos hasta el desvío que ya por un camino de segundo orden nos llevó hasta la entrada a La Reserva Geobotánica Pululahua.
Empezamos el descenso con poco tráfico por un camino sinuoso que nos llevó hasta la parte baja del cráter. Nos detuvimos por un momento para decidir el itinerario y recoger madera para la fogata de esa noche y una copiosa lluvia que nos sorprendió ayudo a decidir lo que haríamos. Fuimos a buscar el lugar para acampar y en el trayecto se rompió la horquilla de la caja de cambios de mi Niva, con lo que me quede sin primera ni segunda. Pero esto no impidió que llegáramos al lugar de acampado.
Una vez que establecimos donde armaríamos el campamento y luego de las instrucciones del guarda parques procedimos a armar las carpas y a encender la parrilla, lo cual logramos con un poco de colaboración y guía de todos los presentes.
Luego de una buena comida y una mejor tertulia, procedimos a descansar esa noche para estar listos para la aventura de la mañana siguiente.
Muy temprano en la mañana nos levantamos y luego de un buen desayuno procedimos a levantar el campamento. A las 9:40 empezamos la aventura del Infiernillo, Mi Niva se comportó a la altura y nos llevó sin contratiempos por el camino, donde encontramos con un grupo de ciclistas que tenían un desperfecto. Les colaboramos con herramientas y luego de lograr arreglar su bicicleta, proseguimos el viaje.
Después de unos pocos minutos llegamos al infiernillo, por el daño de mi Niva no pude realizar la subida, pero Cristhian tomo la cabeza y empezó el ascenso seguido por Werner. Demostrando gran técnica de conducción y los grandes atributos del Niva realizaron el ascenso con un poco de ayuda de todos los “guías de ruta” y llevando uno que otro recuerdo de viaje, lograron coronar ambos vehículos este terreno agreste que espero cruzar muy pronto.
Después de una pequeña celebración por la tarea cumplida, empezamos el retorno a Quito, con la ayuda de Cristhian y la eslinga de Werner logré subir hasta la entrada a la Reserva y desde ahí otra vez mi Niva demostró su brío y me llevo sin contratiempos hasta la gasolinera frente a la Urbanización Dos Hemisferios donde terminamos esta travesía que como dije me dejo solo ganas de regresar para realizarla con mi Niva.