Después
de recorrer 411 km en ida y vuelta desde mi casa visitando uno de los páramos
más hermosos que tiene nuestro Ecuador sólo puedo decir que maravilla todavía
podemos disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor y magnificencia.
Con
el CLUB NIVA 4X4 ECUADOR tomamos la buena decisión de visitar el páramo
de Piñan y así lo hicimos. Fuimos pocos los participantes apenas 4 Nivas con
sus tripulaciones, Gustavo Vaca, Jorge Ortiz con Anita Belén, Marcelo Baquero y
su hijo Mathew, y Cristhian Carvajal, que nos esperaría en Tabacundo. A última
hora se unió Eduardo Díaz que pudo conseguir permiso para poder acompañarnos y
formar parte del grupo.
El
inicio de la travesía era el peaje de Oyacoto salida norte de Quito vía Ibarra.
La hora de encuentro 7 am, hora de salida fue a las 7:35, destino inicial
Tabacundo para juntarnos con Cristhian. A las 9:30 am estábamos en el lugar de
encuentro, paramos unos minutos hasta que llegue nuestro vice.
Ya
con Cristhian en el grupo nos da la mala noticia que se olvidó en Quito el
calentador (léase vodka), ni modo había que continuar, minutos más tarde
estaríamos llegando a Ibarra lugar establecido para tanquear los Nivas y
comprar algo de comida para el viaje ya que era larga la jornada y en el camino
no hay donde pararse a comer entonces había que llevar comidita.
A
las 10:30 llegamos a Urcuqui y en un aserradero compramos unos $10 de leña algo
indispensable para la fogata y el asado nocturno.
Continuando
la ruta serían pues las 11:30 cuando pasamos por el poblado fantasma de San
Blas, lo digo así porque cruzamos todo el poblado y no había ni un solo
lugareño, sólo al final del pueblo estaban unos cuantos moradores reunidos, en
realidad daba la impresión de que en ese pueblo no habitaba nadie cosas de mi
país.
Siguiendo
con la ruta bordeamos la Hacienda Hospital paso obligado para llegar a nuestro
destino, desde ahí el camino está en muy malas condiciones y los Nivas van
salvando kilómetros, ya no hay la subida por el pedregal pues han pasado máquina
pero quedó una polvareda impresionante tanto así que las llantas se hundían y
patinaba el auto, el polvo nos acompañó casi todo el trayecto. a la 1:30
paramos en algún lugar del páramo para comer algo de lo que habíamos llevado,
seguimos el mal camino y Cristhian informó del primer daño, se fue al buje de
poliuretano de la mesa superior derecha, con ruido y todo no podíamos
parar seguir rodando, el segundo en informar daño fue Eduardo Díaz marcho el
caucho de la barra estabilizadora, en todo caso daños que no nos detenían.
A
las 4:30 llegamos a la escuela del caserío de Piñan. Para tener una idea
contamos algo de la Historia del páramo de Piñan.
La
Comunidad de Piñan es una comunidad Andina que se encuentra localizada a 3112m
de altura en el corazón de la Reserva Ecológica Cotacachi Cayapas,
distanciada por dos días de camino (a pie o caballo) de los centros poblados
más cercanos, y a 5 horas en auto desde la Hacienda Hospital.
Al
inicio de la república del Ecuador, en 1830 Don Modesto
Larrea y Jijón, quien ostentaba el título de “Marqués de San José” había consolidado
bajo su dominio un impresionante conjunto de haciendas algunas tan famosas como
San José de Urcuqui. Este grupo de haciendas se ubica en la provincia de
Imbabura entre las poblaciones de Urcuqui y Cotacachi y se extiende hacia el
occidente hasta las estribaciones occidentales de los Andes, este complejo
territorial estaba constituido por las siguientes propiedades: El Hospital,
Gualaví, Piñan, Pitura, Pantavi, Chinchiví y los sitios denominados Alalog y
Pulumbuera.
En
1862 se realizó la escritura de transacción y partición de bienes entre los
herederos del marqués. El complejo de haciendas del Piñan y sus anexas, pasaron
a manos de la hija Rosa Larrea y Caamaño, esposa del conde José Manuel Jijón y
Carrión quienes administraron este complejo de haciendas hasta principios del
siglo XX.
En
1906 se realiza la repartición entre los herederos de los esposos Jijón –
Larrea, entre esta fecha y 1925 la hacienda pasa por varias manos hasta que en
diciembre de 1925 es adquirida por los esposos Alfonso Barba y Beatriz Larrea
quienes las administran como un solo cuerpo hasta 1959 en que donan sus bienes
a sus hijos. Los esposos Jijón Barba administran la hacienda hasta que la
venden en 1974 a los señores Vicente Emilio Guevara y segundo Solís Chamorro.
Ocho años después la hacienda es transferida a la Compañía Agrícola El Piñan
S.A., esta compañía se integró con los siguientes socios iniciales. Segundo
Solís Chamorro, Carmita Solís Guevara, Vicente Guevara, Bolívar Solís Chamorro
y Álvaro Trueba Barahona.
Es
difícil establecer desde cuando la comunidad está asentada en ese lugar o en
esa región pues su memoria histórica se pierde en el tiempo, lo cierto es que
la hacienda de Piñan desde épocas coloniales estuvo dedicada a la ganadería y
se comprende que si existió ganado fue necesaria gente permanente allí para
ocuparse de cuidarlo, esta población son los orígenes (hasta donde sabemos
actualmente) de esta comunidad en el páramo. Llama la atención que entre los
nombres de los primeros corregidores de Otavalo se encuentra el del Cap. Juan
Piñan Castillo, hacia 1540, ¿será acaso este el origen de los “páramos de
Piñan” es decir las propiedades de unos de los primeros, si no acaso el
primero, de los corregidores de Otavalo?
Esta
pequeña reseña dato para nuestros lectores y seguidores del club.
Siguiendo
con nuestro tema. Decidimos visitar la laguna el domingo a las 8 de la mañana
hora que nos tendrían listos los caballos nuestros móviles para llagar a la
laguna.
Mientras
tanto armar campamento, alistar la fogata para la noche era lo más
importante, así lo hicimos, minutos más tarde caída la noche que de paso vale
comentar podíamos observar un cielo completamente despejado y cubierto de
estrellas Jorge y Anita acostados en el suelo trataban de descubrir en donde
estaba la constelación más cercana, la aurora boreal y otras que yo no tengo ni
idea en todo caso un espectáculo hermoso.
Disfrutamos
de un rico asado de la mano de Jorge y Marcelo la infaltable tertulia Nivera y
un calentador para aguatar el frio de la noche no sé a qué hora se terminó la
leña pero ya teníamos que dormir había que levantarse temprano.
Los
caballos llegaron puntuales y nosotros casi listos, bueno nos pusimos en camino
con la nueva aventura, cabalgar, a paso lento a veces y trotando en otras
llegamos a la laguna no puedo describir lo hermoso del paisaje es impresionante
la belleza del lugar ni las fotos hacen justicia.
Como
anécdota puedo contar que ya para el regreso había que subir nuevamente a los
caballos, Mathew con mucho recelo pone el pie en el estribo toma impulso y pasa
de largo cae al otro lado del caballo, causando primero el susto y luego la
hilaridad de todos, cosas que pasan.
Lamentablemente
no podemos quedarnos el camino es largo y hay que retornar, nuevamente a
nuestras monturas y retorno al campamento.
Siendo
las 10:30 comenzamos el regreso igual de complicado piedras polvo, polvo y
piedras en una parte del camino para evitar un poco las piedras decidimos subir
una empinada cuesta Marcelo subió a regañadientes tal vez pensando que su Niva
no iba a poder hacerlo pero culminó la cuesta sin problema, turno de jorge.
Sube un poco lento y comienza a patinar, acelera fuerte y problema, se le rompe
el eje palier del lado derecho y queda sin tracción. Marcelo muy comedido
procede a jalarlo con la Wincha para que Jorge culmine la cuesta,
ventajosamente es Niva y con la doble tracción instalada podemos continuar el
viaje hasta llegar nuevamente a la Hacienda Hospital que en ésta ocasión
cruzamos por la casa antigua. Aquí Marcelo nos indica que se encuentra muy mal
del estómago entonces decidimos hacer un retorno más rápido sin antes parar
para almorzar en las famosas fritadas Amazonas lugar donde dimos por terminada
la travesía.
Nota:
En Tabacundo en una gasolinera paramos Jorge Eduardo y quien escribe la nota
para proceder a retirar el eje palier del Niva de Jorge porque estaba rozando
mucho y se tornaba peligroso.
Así
termina una aventura más del CLUB NIVA 4X4 ECUADOR esperando seguir
rodando por los caminos del Ecuador.
Saludos
Niveros.