jueves, 2 de febrero de 2017

Enero 2017 - El Valle - Pichincha

2017, finales de la segunda década del siglo XXI, es el año en que cumpliremos 11 años de vida como club y en su primer mes -enero- iniciamos con pie derecho la ronda de travesías En esta vez como es sabido por todos realizamos la obra social anual, buena costumbre que hasta ahora la hemos cumplido con cabalidad y esmero año tras años.
Cuando hace 7 meses exentamente en junio del 2016 y en la travesía correspondiente a dicho mes decidimos conocer un nuevo camino de tercer orden que une la localidad de Chiriboga (Antigua vía a Sto. Domingo) con la cabecera cantonal del cantón los Bancos con una extensión de 40 Km aproximadamente.
A la altura del Km 14 de la mencionada vía encontramos un pintoresco caserío o mejor  dicho recinto llamado El Valle, Bueno como aquella travesía era solo de un día pasamos por allí en forma breve con tan solo un contacto con un morador ya que habíamos equivocado el sendero y estuvimos a punto de tomar otra ruta, hasta que un antiguo deslave de tierra detuvo nuestra marcha, obligándonos a retroceder hasta el recinto y consultar la trayectoria verdadera del camino. Lo importante de este relato previo es que aquel lugar quedó gravado en nuestras retinas, en nuestras memorias y creo que hasta en nuestro corazón y aunque nadie comentó nada al respecto hasta 7 meses después, al momento de escoger el sitio a donde llevaríamos nuestra obra social, brotó rápida y espontáneamente   la localización del recinto, y aunque el nombre estuvo equivocado de inicio, fue el lugar el que estuvo presente claramente en nuestro recuerdo.
Cabe mencionar que, aunque en el año 2016 el club NIVA 4 X4 Ecuador se hizo presente por 3 ocasiones llevando ayuda a los damnificados del terremoto de abril, decidimos continuar con el proyecto anual de ayuda a una de las tantas comunidades apartadas de nuestro terruño. En este caso El Recinto El Valle cuya localización estaría en la mitad de ninguna parte para la gran mayoría de compatriotas que solo el asfalto es su ruta a ser transitada.
Fue entonces que en la primera reunión ordinaria del año en curso correspondiente al mes de enero se decidió por unanimidad hacer la obra social en el Recinto El Valle que hasta entonces lo conocíamos erróneamente como Bella Vista. En esta vez no se pudo hacer la visita previa por múltiples motivos personales, así que se decidió ir a la sordina calculando al ojo el número de familias a ser agasajadas
La fecha escogida fue el día sábado 21, reuniéndonos un par de horas antes de la salida para arreglar y organizar los paquetes con ropa para cada familia, algunos juguetes y cosas extras que fueron integradas a cada una de las fundas.
A eso de las 13:00,y ya con cada uno del vehículos cargados, partíamos desde el sitio de la reunión  que fue la sede social del edificio Carvajal al norte de la ciudad  hacia el primer punto de parada  en la parroquia rural de Nanegalito para disfrutar de un suculento almuerzo que nos proporcionaría fuerzas para continuar el resto de la travesía, luego a las 14:30 arrancamos hacia los Bancos y de allí, tomando la carretera de las Mercedes y  luego de 10 Km  de recorrido, encontramos el desvío hacia  nuestro destino  a nivel de otro pequeño recinto llamado 23 de Julio.  Después  de un pequeño receso tipo parada técnica las tripulaciones formadas por Gustavo Vaca en solitario, Oswaldo Gomezjurado también en solitario, Jorge Ortiz B con Ana Belén, Pablo Aldaz Mora con sus 2 hijos Nicolás y Valentina y nuestro vicepresidente Cristian Carvajal con Carnita y el gran Ariel que es el NIVERO más joven, con apenas 1 año 1 mes de edad.
Una vez abandonado el asfalto pusimos nuestros vehículos, en dirección hacia el recinto El Valle situado a unos 23km, los que  tuvimos que recorrerlos en una vía de tercer orden lastrada y bien compactada, lo que nos permitió poner algo de velocidad a nuestras máquinas Un par de riachuelos en el camino no fueron óbice para nuestra marcha.
Pese a la existencia de amenaza de lluvia, la tarde transcurrió calmada, serena con un poco de sol que abrigaba el ambiente, y así llegamos a nuestra meta sin ninguna novedad, pero con asombro por parte de los moradores, pues lógicamente no nos esperaban. El siguiente paso lo tomamos Gustavo y yo, pues inmediatamente nos bajamos de los nivas acercándonos a un local de distracción donde estaban muchos de los habitantes del lugar algunos de los que se entretenían jugando villa sobre una vetusta mesa, pero todos denotaban alegría y tranquilidad.
Nuestro propósito era doble, el uno era explicar el porqué de nuestra presencia tan abrupta, cual era nuestra misión allí y solicitarles que nos presten  un canchón multi uso   que se localiza a la derecha del camino por donde se accedía  al recinto; pues lo requeríamos    para armar  el campamento cobijados dentro de una  estructura de hormigón muy bien techada , la misma que permitiría armar nuestras carpas  e impedir que la lluvia que ya comenzaba a caer con fuerza  nos jugara una mala pasada.
Y así fue, el aguacero iba tomando características torrenciales, pero gracias a la hospitalidad de los moradores del recinto, ya todos nuestros equipos estaban a salvo. cobijados por el techo de aquella casona que previamente a nuestra ocupación fue cuidadosamente barrida por algunas personas que lo hicieron en forma rápida y expedita. Cuando la tormenta llegó a su clímax, el campamento ya estaba armado en su totalidad, poco a poco la pertinaz lluvia fue amainado y en algunos minutos más cesó por completo y o sorpresa el cielo quedó totalmente despejado permitiendo observar un firmamento nocturno tachonado por estrellas y luceros, fenómeno que solo puede admirase fuera de la selvas de cemento que son las ciudades.
Fue la primera vez en muchos años que no pudimos hacer la emblemática fogata pues no había leña, ni sitio donde hacerla pues el contrapiso de cemento no soportaría el intenso calor de la brasa de una fogata; pero otra muestra de generosidad de la gente de El Valle se hizo presente, se nos facilitó una parrilla de patas, de buen tamaño donde Jorge -el parrillero -dio rienda suelta a su habilidad culinaria en azar carne y embutidos ya que el carbón también hubo y en abundancia.  En poco tiempo el festín gastronómico estuvo listo y todos degustamos un delicioso y abundante asado, incluso un vecino del lugar, que nos acompañó por algún tiempo. Unos traguitos de vodca y unas latas de cerveza hicieron marco a tan deliciosa comida
La hora de dormir llegó y poco a poco los expedicionarios fuimos entrando cada una de las carpas para entregarnos plácidamente al sueño que mucha falta nos hacía Al día siguiente a tempranas horas y acompañados de un radiante día abandonamos nuestros refugios de nylon, para servirnos un reconfortante desayuno. Teníamos planificadas dos actividades   la entrega de las donaciones a cada una de las familias que fueron alrededor de 35, lo que se cumplió con mucha puntualidad desde las nueve de la mañana El radiante y diáfano día nos permitía observar nuestras cordilleras y sus principales elevaciones, pues desde los 1770 msnm en que se encuadra
la comunidad de El Valle, esta se convertía en un verdadero balcón natural andino.
El otro propósito a cumplir en  aquella hermosa mañana de enero era jugar un poco   con nuestros tanques ,La noche anterior habíamos sido invitados a visitar una pequeña finca de una de las moradoras del lugar -Doña Olga -paro lo cual debimos transitar cuesta arriba  por un sendero lastrado de  alrededor de 600 metros de distancia, El asunto  cobró importancia cuando el lastre se terminó  y el barro desnudo se presentó con una cantidad de obstáculos zanjas ,camellones lomos,  etc etc que hicieron trabajar tanto al motor, caja, transfer como a la suspensión   de los vehículos ,pero que sortearon el problema con la capacidad de siempre. Y sin inconvenientes de importancia. Terminado el periplo tocaba ascender a pie por una maltrecha guardarraya muy inclinada lo cual nos tomó a los que seguimos por ella, alrededor de una hora, hasta llegar a la pequeña casa de madera que marcaba el ´límite de la propiedad ; mientras ascendíamos, el paisaje era cada vez más bello, en  un algún  recodo  pudimos ver incluso al coloso Chimborazo con su forma  y silueta típicas, y  al final de la ruta   desde  una planicie, observamos hacia el occidente  un inmenso valle verde  y con frondosa vegetación,  al final del cual en el horizonte y en forma difusa, se veía  la ciudad de Santo Domingo.
El descenso fue más rápido, pero más accidentado pues por lo menos mi rodilla derecha sufrió uno que otro estirón pero que no tuvo consecuencias posteriores.
Estábamos ya listos para el retronó; despedidas, estrechones de manos, agradecimientos, dieron marco a tal evento, y de inmediato tomamos rumbo hacia el empate del camino con la vía Chiriboga en otro recinto -más pequeño- llamado Bellavista a 14 km de distancia, que los recorrimos a una buena velocidad divirtiéndonos con nuestros tanques y admirando un paisaje subtropical hermoso.

La ruta inicialmente planificada era tomar hacia el norte y regresar a Quito llegando en primera instancia a Chillogallo, pero por motivos  logísticos decidimos tomar hacia el Sur  occidente en una ruta de 40 km que nos llevaría hasta  interceptar la carretera Aloag Santo  Domingo a nivel del Recinto La Palma ,es decir en el kilómetro 70 a unos 5 Kilómetros del l cantón  Alluriquin .Allí llenamos nuestros estómagos y nuestros tanques de combustible para luego  emprender el regreso a Quito  por la vía principal totalmente asfaltada .la triste pero inexorable despedida y cierre de travesía esta vez fue en la intersección de las carreteras Aloag Santo Domingo con la Panamericana sur o troncal de la sierra ,desde ahí cada uno tomó su destino a cada uno de sus hogares,  cansados pero muy felices   después de haber recorrido por 2 provincias  y aproximadamente  unos 300 kilómetros .

Niveramente
Oswaldo Gomezjurado
Presidente