PARTICIPANTES
Oswaldo Gomezjurado, con su primo Jaime.
Gustavo Vaca con José Octavio Pazmiño.
Gonzalo Lira con su esposa Loli.
Francisco Jácome con Gigi Villarruel.
Cristian Carvajal.
Eduardo Vaca con su esposa Yesenia.
Fernando Bastidas con su primo Santiago.
Orquídea Cueva con su esposo Rubén y sus dos hijos.
Charlie Vásquez.
Decidimos como punto de partida el estadio del Aucas en el sur de Quito para la travesía rumbo a Minas de Palo Quemado, con una hora de retraso todos los participantes reunidos emprendimos el sinuoso camino por la vía antigua Chillogallo Chiriboga Santo Domingo todos con carga extra debido a las donaciones de ropa juguetes y regalos destinados para la obra social en este punto olvidado de nuestro bello país.
Después de aproximadamente 20 minutos de camino nos encontramos con el punto más alto de la travesía a 3440 msnm llamado San Juan cerca a Chillogallo desde donde empezó el largo descenso por la enlodada vía. La primera parada técnica se realizo por petición de Gonzalo Lira debido a un ruido en el sistema de escape que se solucionó de forma inmediata al ajustar unas tuercas flojas en el acople del múltiple de escape.
Recorrimos aproximadamente 50 Km cuando nos encontramos con el oleoducto transecuatoriano que nos acompaño por varios kilómetros. Llegamos al final de la antigua vía y tomamos la carretera Aloag Santo Domingo hasta llegar al desvío hacia Palo Quemado donde realizamos una parada técnica, iniciamos el último tramo de la travesía por un camino empinado pasando por una hermosa cascada, después de una hora de camino llegamos a la casona abandonada de los mineros donde Don Pedro un habitante del lugar muy amablemente nos recibió.
Instalamos el campamento y disfrutamos de un delicioso almuerzo en compañía de todos los participantes de la travesía y después una amena tertulia con una fogata que nos abrigaba ya que no paraba de llover.
Al siguiente día después de un merecido descanso nos preparamos para acudir a la escuela de Palo Quemado para realizar la obra social donde nos recibieron con una comida muy especial. Satisfechos de poder contribuir con un granito de arena a esta cálida gente del lugar nos despedimos para iniciar el retorno a Quito.
Decidimos regresar por la misma vía antigua a Chiriboga no sin antes llenar de combustible nuestros vehículos para el empinado camino que nos aguardaba el cual pasamos sin mayor novedad, llegamos al parque de Chillogallo donde fue la despedida oficial hasta un nuevo encuentro para conocer más de nuestro Ecuador maravilloso.
Un fuerte abrazo
Francisco Jácome
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