domingo, 17 de febrero de 2008

Bitácora de la travesía de Enero


Destino: La hacienda LEITO

Fecha de salida: sábado 26 de enero de 2008

Hora de salida: 13 horas

Lugar de reunión: Frente a la nueva bomba de gasolina de Petrocomercial Av. De Los Granados (Nueva Oriental)

Participantes: Álvaro Izurieta ( Mini furgoneta Carry), Oswaldo Gómez Jurado y su primo Jaime, Cristhian Carvajal, su novia y su cuñado. Eduardo Vaca, Yessenia y Andrea. Eduardo Díaz, Charlie Vásquez, Rubén Tamayo, Kris y 3 invitados. Gustavo Vaca y Elizabeth Vaca. Carlos Galarrága y Sonia.

La caravana arranca con una hora de retraso aunque eso no nos incomodó por que el tiempo de espera lo pasamos en tertulia con los participantes puntuales, pero es algo que debemos mejorar. Ya con rumbo a Salcedo y sin complicaciones salvo Rubén que era el único que aún no era parte de la caravana pues nos alcanzó en Salcedo y Álvaro con Eduardo, que se desviaron para comprar 1/2 metro cubico de leña. El trayecto fue entretenido por la buena comunicación radial que tuvimos, siempre enterados que pasa tanto en la punta como en la cola, eso como que da seguridad a la caravana Nivista.

Una vez en Salcedo y revisados mapas y GPS enrumbamos para Patate nuestro próximo destino, esta ruta es interesante pues se pasa por algunos poblados que para muchos son desconocidos como Guapante, San Andrés, Presidente Urbina, Pillaro, la tierra de los fabricantes de instrumentos de cuerda arpas guitarras violines etc. continuando nuestra ruta pasamos por San Miguelito otro lugar a tomar en cuanta ya que es la Cuna de Rumiñahui

El siguiente pueblo es Emilio María Terán lugar donde nos “lavaron” los autos, los siguientes poblados como Baquerizo Moreno, Los Andes y por fin Patate para sorpresa nuestra y por coincidencia llegamos a sus fiestas de las que no disfrutamos pues la aglomeración de gente y la fila interminable de autos buses y demás nos lo impidieron, fue el primer embotellamiento del viaje, jejeje. El cruzar la entrada de Patate nos tomó no se cuantas horas y tal vez debieron ser más si no es por la acción de nuestras Nivistas que ayudaron con la dirección del transito única manera de poder pasar.

Continuamos el ascenso y ya caída la noche por una ruta de “primera” (para los Nivistas saben de que hablo jeje) el primer tramo muy buen empedrado hasta llegar a la entrada de la casa de la hacienda Leito, hoy la Hostería Spa. Fin del empedrado, continuamos por un sendero de tierra bien compactada, en sus tiempos trabajo de Álvaro según su relato, una interesante ruta nocturna, nos perdimos y tuvimos que regresarnos un par de kilómetros para encontrar la entrada que nos llevaría a la cabaña del primo de Álvaro,

Empezó la aventura, buscar camino empujar el auto de Álvaro, que creo era el más preocupado por no poder encontrar el camino y no se a que hora de la noche lo hicimos. A a la cabeza Oswaldo fue el primero en llegar hasta la puerta mismo de la cabaña luego uno a uno fuimos llegando hasta cuando le tocó el turno a Eduardo, otra odisea, empujarlo, guincha quema de embrague (contaminando el ambiente puro del lugar ) mas adrenalina al fin subida le toca el turno a la Carry que obviamente no pudo lograrlo a pesar de nuestros esfuerzos.

Llegamos al lugar indicado, empezaba la otra diversión prender la fogata, buscar sitio para parar la carpa un traguito de llegada otro por la conversa, preparar los pinchos, otro traguito, bueno la noche fue larga y el Volcán Tungurahua nos dio el espectáculo esperado por todos con sus pequeñas erupciones y fuertes gruñidos de esto nos dará fé Charlie con sus hermosas fotos. El disfrute del ambiente, la fogata y la buena tertulia era suficiente para olvidarnos del frío, pero el cansancio hacía su efecto y uno a uno se fueron retirando a los respectivos lugares de descanso.

Al día siguiente muy por la mañana el volcán Tungurahua seguía con su tarea, bocanadas de humo y ceniza mientras nuestro grupo poco a poco fue despertando el desayuno fue largo y bien conversado. Empezó el trabajo de guardar equipo y alistarnos para el retorno a las 10:30, bajando por la misma ruta fuimos directo a Pillaro lugar de parada para degustar de los típicos hornados. Seguimos el retorno ya sin paradas terminamos otra aventura Nivista llena de emoción aventura y compañerismo. Nos queda el grato recuerdo y esperar nuestra próxima aventura.

Gustavo Vaca

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