El tratar de llegar a la laguna de SUCOS siempre es un reto, más aun, cuando ha llovido bastante las últimas semanas.
En esta ocasión no daré a conocer las tripulaciones; pues, como era un grupo grandísimo, o se me confundirán los nombres o simplemente no lo sabré.
El primer grupo salió de Cumbayá, mientras un segundo los esperaba en la última gasolinera de la vía a Papallacta.
Como se ha vuelto ya costumbre en medio camino nos tocó revisar una de las máquinas pues presentaba un problemilla con el sistema de enfriamiento. Pero que fue solucionado y pudimos todos continuar con la travesía.
Una vez coronado el páramo y pasado el límite provincial, nos dispusimos a ingresar al sector de la laguna de SUCOS. Que para esta ocasión contaba, con más pantanos de los que recuerdo o mejor dicho los de costumbre.
Dado el estado del camino, los atascos no se hicieron esperar.
Lo que me llamó mucho la atención, es que si éramos un grupo de 13 tripulaciones, no contamos con la ayuda deseada. Pues de las caras nuevas y noveleras que nos acompañaron, esperaban a que los de siempre hicieran todo el trabajo para sortear los obstáculos que la vía nos ponía por delante. Quiero imaginar que estos noveleros ante la incertidumbre y el susto de las condiciones de SUCOS, no brindaron el apoyo que todos deseábamos.
Debo mencionar también que coincidimos con dos grupos de jeeperos con quienes logramos sacar sus autos y los nuestros. Como siempre ha pasado en estas circunstancias.
Con dificultad y mucho esfuerzo, poco a poco avanzamos. El camino estaba complicado y nos exigía. Encontramos mucho lodo, la falta de tracción y los pantanos, verdaderos tragaderos fueron las tres notas constantes durante toda la travesía.
Nos llevó toda la mañana y gran parte de la tarde, llegar al camino lastrado y afirmado por el que se debe hacer el segundo asalto hacia el mirador de la laguna de Sucos.
Cabe destacar que en esta ocasión lo que no nos faltó, los cronistas gráficos, que por cientos aparecieron como parte de la gran caravana de 13 nivas. Razón por la que ¿Me pregunto? ¿No sería más lógico llevar menos cámaras de fotografía y video? Y ¿Poder contar con más manos solidarias para semejante comitiva? Pero nuestros problemas se solucionaron por otro lado. Todos sabemos quienes hicieron el éxito de la dura jornada.
Cuando ya bordeábamos las 14h00, personalmente ya no tenía ni las fuerzas, ni el ánimo para seguir luchando contra los pantanos, más si se ponen a pensar que cada 20, 50 o 100 mts. había que echar mano de palas, azadón, gatas de atasco o el winche del Edu o de los jeeperos, con quienes luchábamos para vencer los lodos de SUCOS.
Salimos del sector a eso de las 16h00 directamente a la casa de Yolanda Ochoa y su marido Rubén Morabowen, quienes gentilmente la ofrecieron. Lugar en donde, luego de la charla respectiva, dimos fin a un sabroso lomo a la parrilla.
Sabrán disculpar la falta de fotografías pero no hubo el tiempo para tomarlas, sólo recuerdo pasar de camellones a pantanos y viceversa, y llenarse de mucho lodo.
Y colorín colorado esta travesía se ha acabado y será hasta la próxima.
Mas fotos de esta travesia en nuestra galeria de Facebook.
1 comentario:
Saludos, quizà me podrìan ayudar con los waypoints de la ruta a Sucus, o si no es mucha molestia las indicaciones correspondientes, gracias.
Ivan
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