miércoles, 2 de julio de 2014

Junio 2014, El Rucu

Bitácora de travesía.

En esta ocasión nuestro destino es el Rucu Pichincha, al mismo que pretendemos acceder empleando la ruta de Sucre.

Participan de ésta travesía:
1. Christian Carvajal, en solitario.
2. Jobany Uyaguari y su familia.
3. Jorge Ortiz, en solitario.
4. Fernando Bastidas, en solitario.

El punto de encuentro acordado es la gasolinera de la Occidental y Legarda, desde allí partiremos a las 08:00 rumbo a nuestro objetivo.


Una vez completo el grupo nos dirigimos hacia el norte por la Occidental, breve giro en la Machala e iniciamos el ascenso por la vía a Nono. Ésta es la Ecoruta a Tandayapa, la misma que en otras tantas travesías hemos visitado y la conocemos bien.
Al llegar a la iglesia tomamos el desvío a la izquierda siguiendo la indicación de Christian, la ruta tiene señalización que indica que estamos en el camino que conduce a la reserva Yanacocha.
Habiendo avanzado durante breves minutos encontramos el desvío que nos conducirá a la puerta de nuestra aventura.   Una breve subida y en seguida una puerta de ganado nos indican que hemos encontrado la ruta.
El camino al que llegamos es evidentemente usado solo por vehículos todo terreno, lo evidencian las huellas en las zanjas y el crecimiento de la vegetación. Pronto descubriremos que ésta será una travesía muy técnica dónde se pondrán a prueba la pericia de los conductores y las bondades mecánicas del Niva.
Apenas iniciamos la subida y ya estamos enfrentando obstáculos, las zanjas son profundas y el camino ha sido maltratado por lo que parece fueron unas llantas de 35 pulgadas, debemos acoplarnos al camino, el niva se agarra firmemente de los resquicios de camino que quedan a los lados de la zanja y continúa su ascenso.
Después de pocos minutos una nueva parada, ésta vez para evaluar el camino a seguir, si Christian con un vehículo más alto está rozando su corona contra los bordes de la zanja nosotros de seguro tendremos problemas,  es hora de estrenar el azadón del Sr. Vicepresidente!!





Bueno, llamar azadón a la herramienta de Christian es algo exagerado, se ajusta mejor el término azada, algo más pequeño pero que en las circunstancias de nuestra travesía tendrá un papel protagónico. Hace su primera aparición acompañado de  bromas por su tamaño y procedencia, hubo quienes opinamos que vino en un kínder-huevo.
Varios golpes de azada después el camino está listo para ser transitado y continuamos nuestro  viaje, las ramas nos recuerdan su presencia y nos deja sus firmas marcadas en la pintura de nuestros tanques.
Como tractores haciendo gala de potencia y perseverancia alcanzamos los 3500 msnm (Altura a la que el mítico Sucre libró la batalla de nuestra libertad) y nos hallamos en una planicie que nos permite descansar brevemente.
Sabes que la ruta te va a exigir cuando solamente encuentras motocicletas en el camino, somos los únicos vehículos  de más de dos ruedas que hoy llegan a éste punto y orgullosos miramos el horizonte donde un grupo de motociclistas pugnan por llegar a nuestro próximo hito.
Breves historias de camaradería y de los tiempos de servicio militar de Jobany nos entretienen mientras vemos el espectáculo que dan las motocicletas. Decidimos continuar.
A pocos metros una distracción mía me lleva a pretender arar el camino y me quedo  con cárter y corona embancados,  demasiado buen espectáculo es la vista panorámica del norte de Quito, desde la mitad del mundo hasta la Carolina con el Cayambe de fondo. Me distraigo y me quedo atrapado!!  Aquí hace su aparición otra de las protagonistas del viaje, la gata de lagarto de Jorge.


Levantamos un poco la trompa de mi Niva, se libera el cárter y la tracción en las ruedas hace el resto. Logro salir y continuamos con la ruta. Desde allí en cada camellón Jobany se esmera en advertirme que tome precauciones.
En nuestro próximo hito nos detenemos ante una subida legendaria, una pendiente brutal que pondrá a prueba la potencia de nuestros tanques, el primero en hacerlo es Christian que llega a alcanzar un 70% de la subida y se detiene en una zanja, debe bajar y buscar otro camino pero a pie se acerca para darnos indicaciones a quienes por primera vez transitamos  éstos páramos.
La pendiente nos reta y hasta su último metro nos da pelea. La dividimos en etapas y la coronamos, a Jobany le toca alivianar su Niva y la tripulación sube en parte a pie y en parte con Christian. Llegamos a superar los 4000 msnm. 
Un frío que tensa los músculos y se deja respirar con dificultad nos acompaña desde que culminamos la empinada subida, seguimos avanzando a dónde tendremos un descanso con una vista espectacular de la ciudad de Quito… desde aquí divisamos otro camino que bien nos podría llevar a nuevas aventuras.
Ninguna motocicleta ha regresado y decidimos seguir la ruta, ahora voy a la cabeza y de nuevo me distraigo, se resbala mi Niva, de nuevo me quedo embancado… ¿Estoy muy gordo o el niva está muy pegado al piso?
De nuevo la Gata de Jorge y un par de tirones de Jobany me sacan del aprieto, seguimos adelante… el camino está cortado pero Jobany encuentra una ruta alterna. Los dos debemos verificar la factibilidad de continuar por ésta ruta. Logramos pasar el inicio de una quebrada y nos enfrentamos a otra empinada subida. Intento coronarla pero el material del suelo es resbaloso en extremo y mi niva a  ésta altura pierde mucha potencia. No logro llegar a la cumbre pero tampoco detener completamente mi marcha, la gravedad me está llevando hacia abajo aún con el freno accionado al máximo, ésta ruta no es viable. Sin embargo existe otra alternativa.




Logro controlar el resbalón de mi niva y vuelvo al punto del que partí. Es ahora Jobany quién lo intentará.
Jobany toma la otra ruta, se atora momentáneamente en una zanja pero logra atravesarla después de una breve maniobra y domina la subida. No lo podemos ver desde la posición en la que Jorge y yo nos encontramos Christian que ha buscado un punto elevado tiene buena comunicación de radio con Jobany. Quién nos comenta que ha encontrado otro camino que podría conducirnos al teleférico y allí al Sur de Quito.
El clima nos intimida, hay amenaza de lluvia y la neblina comienza a hacer su presencia. Si decidimos continuar y no encontramos pronto un camino la lluvia nos haría muy tortuoso el regreso. Decidimos no continuar, en otro momento y con más tiempo entre manos será.
La ruta que  nos deja picados es conocida entre montañistas como la integral del Pichincha, recorre desde el Guagua Pichincha entrando por Lloa hasta el Rucu Pichincha pasando por el Cura encantado, debemos investigar la manera de hacerla. Sin duda es realizable, como dije antes ninguna de las motos que subió regresó por el mismo camino. Nos queda la duda, y las ganas de explorar.
Tomamos un descanso en el punto elevado con foto oficial de la travesía incluida. Emprendemos el descenso.
Casi a mitad de camino Jobany se resbala y cae dentro de una zanja, ésta es profunda y no bastará la pericia del compañero para salir. Debemos emplear herramientas … Todas las herramientas!!


Christian saca sus juguetes, a punta de High lift levantamos un poco el auto de Jobany pero la posición pone los nervios de punta se quedan llantas que no deberían en el aire y debemos acudir a Jorge y a mí para hacer de contrapesos.  La cosa es levantarle un poco. Después de varios minutos  de esfuerzo Jobany decide abrir una zanja delante de su niva para intentar salir hacia adelante y a la derecha, hacemos un camino de llantas de repuesto para que el niva gane altura y al fin puede salir.
Recogemos nuestras llantas y en breves minutos estamos de vuelta en  la ruta.
Unos pocos metros más tarde llegamos a la puerta de salida. Y nos encontramos de vuelta en el camino a casa.
En el final de la calle Machala nos despedimos, revisamos el Niva de Jobany que tiene una avería en su llanta posterior izquierda y sorteamos la redacción de la bitácora. 9 horas y 35 minutos para un recorrido de 36 kilómetros!! Buen viaje para un nivero!!



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