Bitácora de travesía.
En esta ocasión nuestro destino es el Rucu Pichincha, al mismo que pretendemos
acceder empleando la ruta de Sucre.
Participan de ésta travesía:
1. Christian Carvajal, en solitario.
2. Jobany Uyaguari y su familia.
3. Jorge Ortiz, en solitario.
4. Fernando Bastidas, en solitario.
El punto de encuentro acordado es la gasolinera de la Occidental y
Legarda, desde allí partiremos a las 08:00 rumbo a nuestro objetivo.
Una vez completo el grupo nos
dirigimos hacia el norte por la Occidental, breve giro en la Machala e iniciamos
el ascenso por la vía a Nono. Ésta es la Ecoruta a Tandayapa, la misma que en
otras tantas travesías hemos visitado y la conocemos bien.
Al llegar a la iglesia tomamos el
desvío a la izquierda siguiendo la indicación de Christian, la ruta tiene
señalización que indica que estamos en el camino que conduce a la reserva
Yanacocha.
Habiendo avanzado durante breves
minutos encontramos el desvío que nos conducirá a la puerta de nuestra
aventura. Una breve subida y en seguida una puerta de
ganado nos indican que hemos encontrado la ruta.
El camino al que llegamos es
evidentemente usado solo por vehículos todo terreno, lo evidencian las huellas
en las zanjas y el crecimiento de la vegetación. Pronto descubriremos que ésta
será una travesía muy técnica dónde se pondrán a prueba la pericia de los
conductores y las bondades mecánicas del Niva.
Apenas iniciamos la subida y ya
estamos enfrentando obstáculos, las zanjas son profundas y el camino ha sido
maltratado por lo que parece fueron unas llantas de 35 pulgadas, debemos
acoplarnos al camino, el niva se agarra firmemente de los resquicios de camino
que quedan a los lados de la zanja y continúa su ascenso.
Después de pocos minutos una
nueva parada, ésta vez para evaluar el camino a seguir, si Christian con un
vehículo más alto está rozando su corona contra los bordes de la zanja nosotros
de seguro tendremos problemas, es hora
de estrenar el azadón del Sr. Vicepresidente!!
Bueno, llamar azadón a la
herramienta de Christian es algo exagerado, se ajusta mejor el término azada,
algo más pequeño pero que en las circunstancias de nuestra travesía tendrá un
papel protagónico. Hace su primera aparición acompañado de bromas por su tamaño y procedencia, hubo quienes
opinamos que vino en un kínder-huevo.
Varios golpes de azada después el
camino está listo para ser transitado y continuamos nuestro viaje, las ramas nos recuerdan su presencia y
nos deja sus firmas marcadas en la pintura de nuestros tanques.
Como tractores haciendo gala de
potencia y perseverancia alcanzamos los 3500 msnm (Altura a la que el mítico
Sucre libró la batalla de nuestra libertad) y nos hallamos en una planicie que
nos permite descansar brevemente.
Sabes que la ruta te va a exigir
cuando solamente encuentras motocicletas en el camino, somos los únicos
vehículos de más de dos ruedas que hoy
llegan a éste punto y orgullosos miramos el horizonte donde un grupo de
motociclistas pugnan por llegar a nuestro próximo hito.
Breves historias de camaradería y
de los tiempos de servicio militar de Jobany nos entretienen mientras vemos el
espectáculo que dan las motocicletas. Decidimos continuar.
A pocos metros una distracción
mía me lleva a pretender arar el camino y me quedo con cárter y corona embancados, demasiado buen espectáculo es la vista
panorámica del norte de Quito, desde la mitad del mundo hasta la Carolina con
el Cayambe de fondo. Me distraigo y me quedo atrapado!! Aquí hace su aparición otra de las
protagonistas del viaje, la gata de lagarto de Jorge.
Levantamos un poco la trompa de
mi Niva, se libera el cárter y la tracción en las ruedas hace el resto. Logro
salir y continuamos con la ruta. Desde allí en cada camellón Jobany se esmera
en advertirme que tome precauciones.
En nuestro próximo hito nos
detenemos ante una subida legendaria, una pendiente brutal que pondrá a prueba
la potencia de nuestros tanques, el primero en hacerlo es Christian que llega a
alcanzar un 70% de la subida y se detiene en una zanja, debe bajar y buscar
otro camino pero a pie se acerca para darnos indicaciones a quienes por primera
vez transitamos éstos páramos.
La pendiente nos reta y hasta su
último metro nos da pelea. La dividimos en etapas y la coronamos, a Jobany le
toca alivianar su Niva y la tripulación sube en parte a pie y en parte con
Christian. Llegamos a superar los 4000 msnm.
Un frío que tensa los músculos y
se deja respirar con dificultad nos acompaña desde que culminamos la empinada
subida, seguimos avanzando a dónde tendremos un descanso con una vista
espectacular de la ciudad de Quito… desde aquí divisamos otro camino que bien
nos podría llevar a nuevas aventuras.
Ninguna motocicleta ha regresado
y decidimos seguir la ruta, ahora voy a la cabeza y de nuevo me distraigo, se
resbala mi Niva, de nuevo me quedo embancado… ¿Estoy muy gordo o el niva está muy
pegado al piso?
De nuevo la Gata de Jorge y un
par de tirones de Jobany me sacan del aprieto, seguimos adelante… el camino
está cortado pero Jobany encuentra una ruta alterna. Los dos debemos verificar
la factibilidad de continuar por ésta ruta. Logramos pasar el inicio de una quebrada
y nos enfrentamos a otra empinada subida. Intento coronarla pero el material
del suelo es resbaloso en extremo y mi niva a
ésta altura pierde mucha potencia. No logro llegar a la cumbre pero
tampoco detener completamente mi marcha, la gravedad me está llevando hacia
abajo aún con el freno accionado al máximo, ésta ruta no es viable. Sin embargo
existe otra alternativa.
Logro controlar el resbalón de mi
niva y vuelvo al punto del que partí. Es ahora Jobany quién lo intentará.
Jobany toma la otra ruta, se
atora momentáneamente en una zanja pero logra atravesarla después de una breve
maniobra y domina la subida. No lo podemos ver desde la posición en la que
Jorge y yo nos encontramos Christian que ha buscado un punto elevado tiene
buena comunicación de radio con Jobany. Quién nos comenta que ha encontrado
otro camino que podría conducirnos al teleférico y allí al Sur de Quito.
El clima nos intimida, hay
amenaza de lluvia y la neblina comienza a hacer su presencia. Si decidimos
continuar y no encontramos pronto un camino la lluvia nos haría muy tortuoso el
regreso. Decidimos no continuar, en otro momento y con más tiempo entre manos
será.
La ruta que nos deja picados es conocida entre
montañistas como la integral del Pichincha, recorre desde el Guagua Pichincha
entrando por Lloa hasta el Rucu Pichincha pasando por el Cura encantado,
debemos investigar la manera de hacerla. Sin duda es realizable, como dije
antes ninguna de las motos que subió regresó por el mismo camino. Nos queda la
duda, y las ganas de explorar.
Tomamos un descanso en el punto
elevado con foto oficial de la travesía incluida. Emprendemos el descenso.
Casi a mitad de camino Jobany se
resbala y cae dentro de una zanja, ésta es profunda y no bastará la pericia del
compañero para salir. Debemos emplear herramientas … Todas las herramientas!!
Christian saca sus juguetes, a
punta de High lift levantamos un poco el auto de Jobany pero la posición pone
los nervios de punta se quedan llantas que no deberían en el aire y debemos
acudir a Jorge y a mí para hacer de contrapesos. La cosa es levantarle un poco. Después de
varios minutos de esfuerzo Jobany decide
abrir una zanja delante de su niva para intentar salir hacia adelante y a la
derecha, hacemos un camino de llantas de repuesto para que el niva gane altura
y al fin puede salir.
Recogemos nuestras llantas y en
breves minutos estamos de vuelta en la
ruta.
Unos pocos metros más tarde
llegamos a la puerta de salida. Y nos encontramos de vuelta en el camino a casa.
En el final de la calle Machala
nos despedimos, revisamos el Niva de Jobany que tiene una avería en su llanta
posterior izquierda y sorteamos la redacción de la bitácora. 9 horas y 35
minutos para un recorrido de 36 kilómetros!! Buen viaje para un nivero!!
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