Buen día amigos
niveros, es para mí un grato honor el escribir la bitácora correspondiente a la
travesía del 27 y 28 de enero del 2018, por ser mi primera bitácora, por ser la
primera travesía que la realizo como miembro oficial del Club Niva 4x4 Ecuador
y por ser una travesía de beneficencia y de ayuda al prójimo.
Nos encontramos
en el punto designado a las 9h00 am, la gasolinera de la Biloxi, la espera a
que lleguen todos es el perfecto momento para ultimar detalles de la travesía y
para empezar con las bromas con camaradería que caracterizan a las travesías
del Club.
Al salir de
chillogallo nos encontramos con el repaso de una banda de gala (Antes Bandas de
Guerra), que detuvieron nuestro camino por pocos minutos. Después de pasar, inmediatamente comenzó el camino de lastre y piedras, donde los Nivas
demostraron que ese es su habitad predilecto, esos fueron los comentarios en la
radio con los que todo dueño de un Niva está de acuerdo. Los Nivas sacaron lo
mejor de sí, después de una corta subida realizamos la primera parada técnica
para compactar la caravana y para poder reconocer el lugar donde nos
encontrábamos.
Al continuar nos damos cuenta que el polvo es demasiado para poder seguir con la caravana compactados, así que se toma la decisión de distanciarse unos cuantos metros, la medida ayuda en algo, y continuamos, realizamos una parada para poder tomar una foto con los Nivas y el paisaje despejado, entre tanto por el camino otro Niva que al ver la caravana se detiene a conversar con nosotros y a desear que nos vaya bien en nuestra aventura.
Al pasar
Chiriboga, esta vez ya con lluvia y
charcos en la vía, pedí que se realice una parada técnica para revisar un
sonido en mi Niva, el cual no fue más que un capricho del mismo y nada más, se aprovechó
para ver que nos encontrábamos a 980m sobre el nivel del mar y llevábamos 88
km recorridos, la lluvia, el lodo y los baches hacían de este un viaje
divertido, emocionante y que dejaba ver el potencial de los Nivas bajo estas
condiciones.
Siendo ya las 13h30 llegamos a la carretera Aloag – Santo Domingo, donde el hambre fue más y entramos a almorzar en el Paradero “Mi Ranchito”, donde sin aviso ni alerta apareció Aquiles Zurita y su esposa Linda, una vez que recuperamos energía empezó la subida a Palo Quemado, una vía de tierra y piedras, que emociono a muchos de nosotros por la velocidad que alcanzábamos, donde los Nivas demostraron una fluidez y control impecables.
En la noche se
nos unió Jorge Ortiz junto a Anita Belén, y se comenzó la fogata Nivera que
ameniza las noches de camping, estando a una altura alrededor de 1200 m sobre
el nivel del mar el frío nos sorprendió, el que se contrarresto con un sorbo de
puntas del lugar ofrecidas por el hijo de Don Pedro, las que junto a la fogata
ayudaron mucho a calentarnos.
Al día siguiente
nos despertamos para cumplir con el objetivo de esta travesía, así que nos
dirigimos a la escuela del sector para poder realizar la entrega de lo donado,
nos encontramos gente de buen corazón, organizados para recibirnos y felices de
nuestra llegada.
Un representante
de cada Familia del lugar se acercó y recibieron su donación, con juegos y
gincanas se entregaron juguetes, pelotas y un poco más de lo que se llevó, en
agradecimiento los habitantes de la zona nos brindaron un desayuno que contó
por 3, así es el pueblo ecuatoriano, el que más carece es más generoso.

Por un
compromiso Aquiles y su Esposa tuvieron que adelantarse en el regreso, nosotros
nos quedamos un poco más guardando todo, ahora el calor era demasiado, no
pudimos resistir darnos un chapuzón en la piscina media llena que antes fuera
de los potentados mineros, y ahora está en constante deterioro.

Por muchos
kilómetros más junto a nuestros Nivas, más memorias, pero sobre todo conocer
gente buena que nos enseña que con pasión y constancia se pueden recorrer
muchos Kilómetros, tener muchas aventuras y tocar muchos corazones, con un niva
a donde sea
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José Camino
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